APATIA.

A veces queremos ser mejor padre/madre, amigo/a, ser mejor en nuestro trabajo, hacer más deporte, dedicar más tiempo a alguien o a alguna actividad… pero no avanzamos. Surge la apatía y no nos movemos de nuestra zona de confort. Esta apatía es un verdadero obstáculo para el desarrollo de nuestros propósitos, es una falta de motivación, como una especie de aplanamiento emocional que nos desmotiva y que puede llegar a desconectarnos de lo que nos rodea, dejándonos sin interés y sin ganas por las cosas, nos desconectamos emocionalmente y nuestros propósitos se quedan sin fuerza.

Puede deberse a varias causas, como el consumo de sustancias como el cannabis, ser efecto secundario de alguna medicación, pero también puede aparecer por causas puramente psicológicas. En estos casos el esquema que se da es que las emociones que acompañan a nuestros objetivos son negativas, quizás por experiencias previas. P.ej. queremos dedicar más tiempo a aprender un idioma, pero las veces anteriores en que lo hemos intentado ha salido mal: no seguíamos bien el ritmo del curso, nos sentíamos ridículos… esto hace que nos desconectemos emocionalmente de nuestro objetivo, como una defensa para evitar frustrarnos, y entonces se nos desconecta el deseo, la motivación, y surge esta apatía. Otro ejemplo: queremos dedicar más tiempo a cuidar nuestras relaciones sociales, pero hasta ahora lo que hemos conseguido han sido problemas, sentirnos solos… con lo que abandonamos, mostramos apatía hacia esos nuevos intentos de socializar.

Así que para vencer la apatía hay que identificar las emociones que la han causado, ¿de qué nos estamos defendiendo? ¿qué queremos evitar? Una vez tengamos esto detectado y  veamos claramente cuál es el problema, toca volverlo a intentar, pero con un enfoque diferente: p.ej. en el ejemplo de los idiomas podemos probar otro centro de idiomas, cambiar nuestra actitud en el aula, dedicarle más tiempo en casa, o en el ejemplo de las amistades, probando con otro tipo de amistades, más cercanas a nuestros intereses y aficiones, y tomando distancia de donde no nos sentimos bien.

Cuando renunciamos a algo que queremos porque no tenemos “ganas”, esto es apatía, y nos estamos defendiendo de algo, intentamos protegernos. La clave principal es detectar la emoción negativa que provoca esta apatía y trabajar los pensamientos negativos que la acompañan, para poder encontrar una forma más realista de llevar a cabo nuestras metas.

Así que, si te sientes apático hacia algún tema en concreto, puedes probar a trabajarlo desde este enfoque.

Foto de Liza Summer a través de Pexles