Quien sufre de ansiedad no siempre sabe o puede desenvolverse bien con ella. Hay muchas ocasiones en que podemos aprender a calmar la ansiedad adoptando medidas que son contraproducentes, ya que pueden calmarla en el momento, pero en realidad la están fortaleciendo a largo plazo; o bien porque puedan ocasionarnos otro problema. Todas estas medidas equivocadas para hacer frente a la ansiedad se caracterizan por pivotar alrededor de la evitación o la huida.
Algunas de las “soluciones” totalmente erróneas y desaconsejables que más frecuentemente observo son:
- Atiborrarse de ansiolíticos. Cuando la medicación es necesaria, lo es y se sigue la pauta de administración indicada. Entre los efectos que producen los ansiolíticos encontramos que favorecen la calma, la relajación muscular e inducen el sueño. Pero recurrir a la pastilla cada vez que se tenga ansiedad, más allá de la dosis indicada, no es bueno, hay que aprender tácticas de afrontamiento de esas situaciones ansiosas, sobre todo para evitar los efectos de tolerancia o de dependencia a la medicación.
- Consumir alcohol o cannabis, u otras sustancias. La ansiedad, lamentablemente, puede ser la puerta de entrada a una adicción, no solo a los fármacos, también a la bebida o al porro. Te calmarán la ansiedad, pero vas a pagar un precio elevado.
- Huir y evitar. Si siempre evitas lo que te produce ansiedad, no desarrollas estrategias para hacerte fuerte y prevalecer en esas situaciones, con lo que te acostumbras a no enfrentarte a lo que temes, y al final fortaleces la ansiedad. El paciente que afronta sus miedos y se expone progresivamente, acompañado de un profesional durante este proceso, tiene muchas posibilidades de mejorar.
- Acudir a las pseudoterapias. Desesperados o sugestionados por el discurso anticientífico posmoderno que tenemos actualmente, algunas personas buscan solucionar su ansiedad con “magia”. Lo último que he escuchado es que, si haces ayuno dos horas antes y dos horas después de tu hora de nacimiento, según tu carta astral, la ansiedad abandona tu cuerpo. Igual es porque la matas de hambre, no sé yo.
Si necesitas ayuda para manejarte con tu ansiedad, pide ayuda, consulta con tu psicólogo.
Foto de Andrea Piacquadio a través de Pexels.