En las enfermedades mentales los factores genéticos juegan un papel importante, pero no son los únicos, existen también factores de riesgo ambientales. De momento, lo que principalmente se ha observado en estos factores ambientales es que existe una relación entre ellos y la enfermedad mental, un vínculo, aunque no puede establecerse que el mismo sea causal; sin embargo, si que parece que estos factores ambientales son un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedad mental.
De este modo la diabetes tipo 2, la depresión o el aislamiento social, aparecen como factores de riesgo para la demencia.
El sobrepeso materno antes y durante el embarazo está asociado con trastornos del espectro autista.
Para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), los principales factores de riesgo hallados han sido la obesidad materna antes del embarazo, el tabaquismo materno y el sobrepeso antes o durante la gestación.
La depresión está relacionada con la viudez, con la disfunción sexual o con haber sufrido abusos en la infancia. También con la tensión laboral, la obesidad y las alteraciones del sueño.
El factor de riesgo para los trastornos por consumo de opioides es el tabaquismo.
Para los trastornos psicóticos, los factores de riesgo más sólidos han sido el consumo de cannabis y las adversidades en la infancia.
Esta investigación también resalta un factor protector frente al alzhéimer, el ejercicio físico.
Estos hallazgos permitirían trabajar desde una intervención temprana, planificando estrategias preventivas para los trastornos mentales.
Si quieres acceder a la fuente original de este estudio, en inglés, puedes pinchar en el siguiente enlace: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/wps.20894
