¿PODEMOS DIFERENCIAR A UNA VICITMA REAL DE ALGUIEN QUE FINGE SERLO?

Las personas que señalan con más frecuencia su condición de víctimas son más propensas a mentir y participar en comportamientos poco éticos para salir adelante, incluso a costa de otros.

Junto a las verdaderas víctimas existen otras que fingen serlo. Por un lado, tenemos a las personas que han sufrido algún tipo de agresión o de las que alguien ha sacado partido y se ha aprovechado, víctimas reales que no tienen intención de engañar, ni de aprovecharse de su condición, ni de sacar beneficio de los demás. Por otro lado, tenemos a los fingidores, quienes mienten y sacan provecho fingiendo ser víctimas, para obtener a cambio recursos materiales, atención social o hasta un cierto prestigio o reconocimiento.

Está bien que la sociedad ayude a las víctimas, pero el ofrecer esas ayudas también incentiva y refuerza el papel de los fingidores, victimistas rentistas que pretenden sacar beneficio de la situación. Además, si estos fingidores topan con buenas personas, generan una simpatía que nos hace empatizar con ellos y creerles, lo que es un riesgo.

¿Cómo diferenciar a unos de otros? A nivel legal, deberían pedirse evaluaciones psicológicas para salir de dudas, pero a un nivel más de calle, desconfía de una víctima que presente, aunque sólo sea uno, de los siguientes tres rasgos:

  1. Narcisismo: darse mucha importancia.
  2. Maquiavelismo: explotación estratégica del otro.
  3. Psicopatía: insensibilidad y cinismo.

Para explicarlos brevemente:

El narcisismo consiste en una grandiosidad o admiración excesiva hacia uno mismo, se busca la atención (incluso la admiración) de los demás, ya que la persona narcisista se cree superior al resto y reclama un trato especial por ello. Si ves que la víctima se da mucha importancia contando su historia, si su discurso es muy auto referencial, si siempre está hablando de sí mismo/a y de lo ocurrido o incluso llega a escenificar una escena muy aparatosa para llamar la atención, desconfía. De hecho, las verdaderas víctimas tienden a evitar enfrentarse a su trauma, mencionarlo, compartirlo, pensar el él…

El maquiavelismo consiste en la manipulación y explotación de otras personas para conseguir los propios fines, incluso a largo plazo, en una estrategia cuidadosamente planificada.  Si ves que la víctima presenta una intencionalidad muy marcada de castigar a su agresor, manipulando la opinión de los demás y todo como muy planificado… desconfía también.

Por último, la psicopatía se caracteriza por baja empatía, impulsividad, conducta antisocial, insensibilidad hacia los sentimientos de los demás y ausencia de remordimiento o culpa sobre las conductas propias que dañan a otros,  lo que implica una falta de moral en las acciones propias. Si observas que la víctima no asume responsabilidad alguna, presenta frialdad afectiva y es muy cínica y prepotente, este sería otro factor para desconfiar de la veracidad de sus palabras.

No en vano, estos tres factores son conocidos como la triada oscura de la personalidad. Tenlos presentes para que no te engañen.