EL CUIDADO DE LOS PADRES MAYORES

Hay familias en que, cuando los padres se hacen mayores, solo uno de los hermanos está presente en el cuidado de los padres, el resto se desentiende, y es una situación dolorosa, por la carga emocional que supone y por el peso excesivo que recae sobre ese hermano.

La situación ideal sería la de poder hablar entre todos los hermanos, ver las condiciones de cada uno, y partir así de un primer borrador sobre los roles y responsabilidades de cada hermano, para establecer los turnos de cuidados y las funciones a llevar a cabo. Aquí cada hermano puede comunicar también sus expectatives y necesidades, y entre todos llegar a un acuerdo.

Lamentablemente, esta situación ideal no siempre se da. Ante la indiferencia y egoísmo de los otros hermanos, el que se queda asumiendo la carga se ve abrumado. Primero por la sobrecarga que lleva, segundo por ver la soledad en que quedan sus padres, y finalmente por lo dolorosa que resulta esta situación. Esto le lleva a exigir lo que ve como justo, una mayor implicación, y la respuesta del resto de hermano suele ser de enfado u ofensa.

Esta situación puede deberse a rencores y enfados del pasado, a modelos de crianza que se repiten de una generación a otra… pero sea cual sea el motivo hay que intentar ponerle una solución.

Sería aconsejable intentar hablar con los otros hermanos, que puedan entender la situación que estás viviendo tú y tus padres, que empaticen con ella; puedes buscar quedar con ellos en una reunión y explicárselo, utilizar una carta o busca una celebración con los padres donde os reunáis todos.

Si la situación se va alargando y no se implican, recomiendo la carta. Usa en ella un tono emocional (p.ej.  “os esperaba y no vinisteis, le dolió”); haz pedidos directos, sin atacar (p.ej “necesito que vengáis”, “contamos con vosotros”), usa un mensaje personal (p.ej. “no solo por mamá/papá, también por mí; si decides ayudarnos sabré que valoras nuestra relación, de lo contrario entenderé que no”)… La idea es tocar la fibra y que se impliquen.

Pero si aun así no hay manera, si van a lo suyo, si no tienen tiempo ni ganas, no te desgastes en esa batalla, no te quedes sin energía. Acéptalo. Tienes dos problemas: cuidar a tus padres y la indiferencia de tus hermanos, ahórrate uno. Deja de esperar colaboración de ellos y busca tú cómo puedes hacerlo, qué ayuda puedas conseguir para descansar tú un poco, porque no podrás cuidarles si no te cuidas tú. De algún modo te has convertido en padre de tus padres, cuidándolos.

Imagen cedida por Kampus Production a través de Pexels. 

Imagen cedida por Andrea Piacquadio a través de Pexels.