ansiedad miedo hablar en publico

¿QUIERES APRENDER A HABLAR BIEN EN PÚBLICO?

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Sois muchos los estudiantes que me comentáis cierta ansiedad cuando os toca exponer un trabajo en el aula, tarea que muchas veces es necesaria llevar a cabo para superar unas asignaturas. Así que vamos a intentar elaborar un plan de acción para poder llevar a cabo esta tarea de forma adecuada, reduciendo la ansiedad que suele ir asociada a la misma.

PRIMER PASO: DESCUBRE AL ORADOR QUE HAY EN TI

No se trata solo de exponer un trabajo en el aula, también podemos tener que presentar unos informes en el ámbito laboral o puede que tengamos que dar un pequeño discurso en una fiesta, boda o cualquier otro evento social.

Hablar en público nos suele intimidar porque nos preocupa que nos juzguen, que piensen que no somos lo suficientemente buenos en lo nuestro. Pero no te preocupes, tener algo de ansiedad es normal, de hecho, tener cierto nivel de ansiedad al hablar en público es bueno y necesario para poder hacerlo bien, al fin y al cabo, si no tuvieras ansiedad demostrarías que te da igual, y ese no es el caso. Estás nervioso porque tienes algo importante que decir, y lo vas a decir bien.

Así que lo primero que tienes que tener en cuenta es que el tema es importante para ti, que quieres hacerlo bien. Y como quieres hacerlo bien vas a preparártelo genial, vas a investigar en el tema que tengas que presentar y vas a hacer un buen trabajo: cuanto mejor lo prepares, mejor saldrá la exposición. Y una vez tengas el trabajo acabado, vas a practicar y ensayar el hablar en público, para poder hacerlo lo mejor posible.

Puedes ensayar en casa, ante una audiencia imaginaria, para ir cogiendo tablas y usar esa ansiedad en tu favor. Cuando practiques tu exposición oral vas a imaginar que estás actuando, que tu discurso es una actuación, y por lo tanto solo necesitas centrarte en el contenido de lo que vas a exponer, es decir, no necesitas ser buen orador ni ser extravertido, eso da igual, lo única que necesitas es prepararte bien el tema y preparar bien tu actuación. Tienes algo que contarles y ellos quieren escucharte.

SEGUNDO PASO: DEFINE LOS OBEJTIVOS DE TU EXPOSICION

¿Quién ha pedido que des esa exposición? ¿Para qué? ¿Cómo, cuándo, dónde?

Responder a estas preguntas es necesario para que puedas elaborar tu presentación y adaptar tu discurso a la audiencia.

¿A quién se dirige? ¿Es un grupo grande o pequeño? ¿Conocidos o no? ¿Principiantes en la materia o tienen tu mismo nivel en el tema que vas a exponer? Si son tus compañeros de clase, ten en cuenta que más o menos vais a estar igualados, las diferencias van a ser muy pocas, por lo tanto, les interesa escuchar lo que vas a decirles, porque pueden aprender de ti. Tienes algo interesante que contarles, así que adelante.

¿Cómo lo vas a hacer? Suele ser presencial y en directo, lo que quiere decir que puedes necesitar algún tipo de soporte que te ayude: un power point, tus notas y la pizarra y la tiza, un puntero… Piensa que esto influirá en el movimiento de tus manos mientras estés hablando.

¿Cuánto va a durar? Es importante saber no solo cuánto tiempo tienes para prepararla, sino también saber qué extensión vas a darle.

¿Sobre qué va? Estructura bien tu presentación para mantenerte centrado en el tema, sin divagar en detalles secundarios, ya que harán perder el interés de tu público.

¿Por qué te han pedido a ti que des esta charla o exposición? Bueno, si eres estudiante, podemos decir que te toca hacerlo, no hay más. En otros ámbitos puede ser que piensen que eres la persona indicada por tus conocimientos sobre el tema, por tus experiencias que puedes compartir o porque tengas buena relación con tus compañeros.

Coge ahora papel y boli y haz dos columnas. La columna ANTES y la columna DESPUES. En ANTES escribe lo que crees que tus compañeros saben sobre el tema que vas a compartir con ellos antes de tu presentación; en DESPUES anota lo que quieres que sepan cuando hayas acabado de exponer, qué es lo principal que quieres transmitirles, lo más importante que ellos deberían poder retener. Para pasar de ANTES a DESPUES está tu presentación: ahora ya sabes de forma más clara el contenido de tu exposición, ya tienes claro lo que debes incluir en ella. Así que saca libros, apuntes… y ponte a trabajar en la misma.

TERCER PASO: CONTROLA TU LENGUAJE CORPORAL

Ya tienes tu exposición hecha, sabes lo que quieres explicarles a tus compañeros. Ahora estás en tu habitación ensayando cómo lo vas a hacer.

Por supuesto que el contenido es importante, ya lo hemos visto, pero tu lenguaje corporal también manda un mensaje. Esta comunicación no verbal incluye la posición de tu cuerpo, expresiones faciales, movimientos de brazos, miradas… Por ejemplo, si cruzas los brazos puede entenderse como ansiedad, pero también como falta de interés, lo que queda poco serio. Así que vamos a por unos tips sobre lenguaje corporal en las exposiciones. Antes de pasar a ellos ten claro que si por ejemplo cruzas los brazos sin darte cuenta, no pasa nada, los descruzas de nuevo y a seguir.

Algunos de los errores más comunes tienen que ver con nuestras piernas, p.ej. cambiar el peso de una a otra, cruzar las piernas, balancearnos un poco… Esto transmite una imagen de inestabilidad, incomodidad y torpeza. Lo ideal sería que trataras de mantener una postura centrada, es decir, erguida, firme, estable, ya que transmite confianza y seguridad. Para ello, abre las piernas un poco más que el ancho de tus caderas, permanece relajado sin apretar las piernas ni juntar las rodillas, evitando encorvarte, manteniendo espalda y cabeza rectas.

Pero no te confundas, esto no significa que seas un robot y debas estar rígido, todo lo contrario, ya que desde esa posición puedes usar los brazos y manos para gesticular, o incluso si hay espacio suficiente puedes caminar de un lado a otro de la sala. Aquí te recomendaría que te movieras al otro lado cuando acabes un punto grande y pases al siguiente, marcando con tu desplazamiento, además de con tus palabras, ese cambio, pero que mientras estés en el mismo punto te mantengas en la misma zona: no se trata de deambular sin sentido.

Sobre las manos y brazos, lo ideal sería hablar manteniendo las palmas de las manos hacia arriba, ligeramente inclinadas hacia el público. Los brazos deben hacer movimientos completos y redondos, manteniéndose flexibles, es decir, trata de evitar cruzarlos o pegarlos al cuerpo, y en esos movimientos no te tapas la cara: la gente quiere verte, les estás contando algo chulo y quieren verte. Si tienes que enumerar, “primero, segundo, tercero…” los puedes marcar también con tus dedos. Trata de evitar también cruzar las manos en la espalda o apoyarte en mesas u otras superficies, o juguetear con bolis, punteros… transmitirías falta de interés o ansiedad.

¿Dónde miramos? No sería bueno que te centraras solo en unas pocas personas, pueden sentirse avergonzadas y el resto ignorados. Tu mirada debe recorrer toda la audiencia, trata de recorrer la sala con la mirada, deteniéndote en algunos puntos que hayas fijado previamente, p.ej. puedes seguir el patrón de determinadas letras, como W o L, alternándolas, y te centras en los puntos que tienen esas letras en tu recorrido con la mirada, que también puedes repetir luego al revés. Puedes cambiar de letras para tratar de llegar al máximo posible de audiencia. La idea es mira-habla-vuelve a mirar siguiendo el patrón de esa letra-vuelve a hablar.

Por último, sonríe, con boca y mirada, que se note que estás contento de estar ahí con ellos, hazlos partícipes del momento, estáis todos juntos.

CUARTO PASO: EVITA LOS TICS VERBALES

Cuando hayas ensayado unas veces tu exposición y creas que ya estás más seguro, haz una última cosa: grábate. De este modo, puedes ver no sólo qué dices sino también cómo lo dices, y conocer así tus tics lingüísticos.

Estos tics los repetimos sin ser conscientes de ellos, y pueden ser palabras que conectan ideas, del tipo “como”, “pues”, “así´” o pueden ser sonidos “eeeeeeh”, “hummmmmmmmmm”, carraspeos… ruidos que hacemos al pensar. Quizás los primeros pueden ser útiles, a no ser que tengamos la manía de repetir siempre la misma palabra, lo que resulta molesto; y los segundos no son útiles en absoluto.

Una vez detectes esos tics en la grabación, puedes trabajar para cambiarlos. En el caso de las palabras, busca sinónimos o usa otras explicaciones, y en el caso de los ruidos, usa el silencio, piensa en silencio, respira despacio y piensa, y luego hablas.

Practica un poco más y ya tienes tu exposición lista.

ALGUNOS CONSEJOS FINALES

Antes de salir, repite tu primera frase. Esto ayuda a que no te quedes en blanco, porque arrancas y el resto ya va saliendo. Recuerda que te lo has preparado bien y lo has practicado.

Ten cerca agua por si la necesitas y si te quedas en blanco, calma, respira despacio, piensa, céntrate y sigue adelante. Lo más probable es que solo tú notes que te has quedado en blanco, el público te está escuchando, pero no sabe lo que ibas a decir, así que puedes seguir por donde veas necesario. Si te encabezonas en seguir justo por donde te has perdido, si que se va a notar.

Y recuerda, nadie está esperando que te equivoques; están todos escuchándote porque te has preparado algo importante y chulo para contarles.

RESUMEN

Para hacer una presentación de calidad no necesitas carisma, ni ser buen orador, ni ser extravertido, ni memorizártelo todo, ni tener experiencia… solo hace falta que te prepares bien el tema y lo ensayes.

Imagen cedida por: Fauxels a través de Pexels.