Enfrentarse al suicidio de un familiar es algo muy doloroso, y todavía más en el caso de un hijo. Existen una serie de señales que nos pueden ayudar a identificar y prevenir la conducta suicida en nuestros hijos. Entre ellas, destacan las siguientes:
Pueden darse cambios bruscos en el estado de ánimo. Al principio puede pasar desapercibido, como que “son cosas de la edad” o “ya se le pasará”, pero si se mantiene ya nos damos cuenta de ese cambio en su conducta, que nos pone en alerta; p.ej. puede estar más ansioso, triste, enfadado…
Sus relaciones sociales se ven afectadas, se da un retraimiento social. Aparte de esta disminución en su actividad social, también puede ser que se relacione de forma diferente, p.ej. pasando de relaciones en persona a relaciones virtuales. Además, en internet y redes sociales puede encontrar información negativa o malas influencias para su problema.
Muestra sintomatología depresiva. No se reduce solo a sentirse triste, sino que además muestra una visión negativa y desesperanzadora del presente, del futuro, de uno mismo… Esa falta de esperanza es muy preocupante y puede llevar a no ver salida a situaciones que le preocupen, p.ej. puede no ver solución ante situaciones de acoso escolar, laboral, ante un desamor….
Negativa a acudir a clases o al lugar de trabajo, verbalizando problemas con compañeros, desde una mala relación sin especificar (pero que no es motivo suficiente para no acudir al centro) hasta insultos, humillaciones, amenazas o lesiones. Esto también supone una disminución en su rendimiento académico o laboral.
Se ven afectadas las funciones corporales básicas, tales como alimentación o descanso. Come menos, duerme menos, apenas descansa, muestra ansiedad, vómitos, dolor abdominal…
Puede presentar un carácter impulsivo, llegando a poder ponerse en peligro, p.ej. con un consumo de sustancias para rebajar las preocupaciones, o también conductas de riesgo, como conducción temeraria o deportes de riesgo, sin considerar consecuencias ni tomar medidas protectoras suficientes; en este contexto también pueden aparecer otras conductas auto lesivas, tales como la realización de cortes superficiales. No todas las autolesiones son indicadores de riesgo para suicidio, ya que muchas veces se realizan como expresión de un conflicto emocional del adolescente, pero si aparece junto a otros indicadores si que debemos preocuparnos.
Finalmente, las verbalizaciones acerca del suicidio son el último indicador. Por supuesto que no siempre se expresan de forma clara; en muchas ocasiones, por no decir siempre, son de forma velada; se trata de expresiones del tipo “estaríais mejor sin mí”, “no quiero preocuparos”, “¿qué haréis con mi guitarra (o cualquier otro objeto importante para ellos) luego?” … Son comentarios que incluso pueden cogernos por sorpresa, porque en ese momento no entendemos lo que pueden llegar a implicar, ¿qué se supone que tenemos que hacer con su guitarra? ¿Es que hay que hacer algo? No es algo que podamos entender en el momento, pero este tipo de frases debe ponernos en alerta. Que se deshaga de sus objetos personales, regale sus pertenencias, es una conducta que encaja también en este punto.
En la próxima entrega, os traerá una serie de consejos sobre cómo actuar en estos casos.
Foto de Mikhail Nilov a través de Pexels. https://www.pexels.com/es-es/foto/persona-mujer-deprimido-triste-7929616/