Cada vez es más habitual encontrarnos con padres que piden ayuda por hijos tiranos, desesperados por la conducta desafiante de unos niños que pretenden imponer su ley en el hogar, que dominan a sus padres a su antojo, con exigencias desproporcionadas y rabietas que agotan a cualquiera.
Los niños tiranos entienden que tienen derecho a manejar a su familia según sus caprichos, que los demás están para atender sus peticiones, y montan escenas de ira intensa si no se cumplen sus expectativas. Son niños carentes de empatía, ni siquiera hacia sus padres, y actúan con ellos haciéndoles daño expresamente, con el único propósito de que cedan a sus peticiones. En los casos extremos, estos hijos llegan a agredir físicamente a sus progenitores.
¿Cómo se ha llegado a esta situación? Básicamente, con un estilo parental permisivo y sobreprotector, en el que destacan sobre todos cuatro puntos, muy interrelacionados entre sí. Hablamos de:
- CONSENTIRLE TODO AL NIÑO
Consentirle todo cuanto pide equivale a hacerle creer que tiene derecho a todo, sin capacidad de espera, de forma inmediata. Crecer con esta distorsión de creerse con derecho a cualquier petición es muy dañino para el menor, ya que cuando se le niegue algo sentirá tanta rabia que hará lo que sea para conseguirlo.
- EVITARLE LA FRUSTRACION AL NIÑO
Si no enseñamos al niño a aceptar la frustración, si intentamos evitársela para que no se sienta mal y le echamos un capote en todo, estaremos creando un pequeño monstruo narcisista incapaz de entender que no todo gira en torno suyo. Es necesario aprender y aceptar que no se puede conseguir todo siempre.
- RESOLVERLE LOS PROBLEMAS AL NIÑO
Ya desde pequeños es importante que los menores sean autónomos y se encarguen por ellos mismos de aquello que ya sean capaces de hacer. Desde recoger sus juguetes, a atarse solos los zapatos una vez que ya saben hacerlo. Cumplir con esas pequeñas obligaciones puede resultarles incómodo, poco apetecible, molesto… pero si caemos en el error de hacerlo nosotros por ellos, no les estamos permitiendo que aprendan a poner en marcha sus propios recursos para solucionar problemas, ya que no dejamos que los desarrolle.
- ENSEÑARLES QUE CON HOSTILIDAD SE RESUELVEN LOS PROBLEMAS
Lo que no podemos es ceder a sus pataletas, chantajes, amenazas o agresiones. No es no, o de lo contrario aprenderá que con agresividad consigue lo que quiere.
Lo importante es motivarles a que se esfuercen por hacer las cosas por ellos mismos, alentarles y animarles a ello, no dárselo todo para que no molesten o para evitar sus quejas o que se sientan tristes; la tristeza o el enfado, al negarles algo, son emociones normales en este contexto, pero también son necesarias.
Imagen cedida por: Foto de Keira Burton en Pexels