psicologo alcazar pareja familia

ABUELOS TOXICOS

psicologo alcazar
psicologo alcazar pareja familia

Hay ocasiones en que los padres necesitan tirar de los abuelos para que les ayuden con los peques. En situaciones normales, los abuelos son un buen apoyo, un complemento positivo a la crianza de los pequeños. E igual que acompañan y disfrutan de sus nietos, también es importante que respeten las decisiones que han tomado sus hijos respecto a la crianza de los nietos: se les debe comunicar las normas básicas, los límites, los premios y castigos… para que encuentran una continuidad educativa en casa de los abuelos.

Aquí es donde pueden surgir los problemas y encontrarnos con lo que hemos dado en llamar abuelos tóxicos.

Un abuelo/a tóxico/a manipula y crea división en la familia, desacreditando a sus hijos/as y parejas delante de los nietos, confundiendo a los menores sobre lo que deben hacer o no, lo que está bien o no.

Algunos comportamientos que pueden verse en estos casos son:

  • Niegan que cuando ellos eran los padres cometieran ningún error durante la crianza de sus hijos, presentándose como padres perfectos.
  • Se creen con derecho a pasar todo el tiempo que consideren oportuno con sus nietos, independientemente de las necesidades de estos o de las circunstancias de la familia. Y si no lo consiguen, acusan de mala intención y de sentirse heridos y pueden malmeter a terceros, a veces a los propios nietos, contra los padres.
  • Se posicionan siempre como las víctimas en cualquier discusión que haya, tratando de que sus hijos/as se sientan culpables, para conseguir lo que quieren
  • Tratan de comprar el afecto de sus nietos con regalos materiales, en ocasiones con objetos para los que habría sido correcto pedir permiso a los padres de los niños.
  • Sobrepasan los límites de la crianza, malcrían y consienten a los niños, aun pasando por negativas previas de sus padres.
  • Necesitan estar excesivamente involucrados en la educación de sus nietos porque no confían en otro criterio que no sea el suyo.
  • Provocan que sus nietos compitan por ser “su favorito”, con el consiguiente daño emocional que esto supone: no hay que competir por afecto.
  • Ellos son los mejores y los otros abuelos de los niños no cuentan, por lo que dan por hecho que sus nietos van a estar con ellos en las fechas más especiales para la familia, como cumpleaños o navidades.
  • Con la excusa de querer lo mejor para los nietos pueden ser críticos y crueles y llegar incluso a manipularles emocionalmente.

Para abordar el problema, lo mejor y más eficaz es atajarlo de raíz, con comunicación, diálogo, empatía y firmeza. Muchas veces los abuelos actuarán sin mala intención, desde el desconocimiento, por lo que explicarles los motivos de vuestras decisiones será suficiente en algunos casos. En otros puede ser necesario pedirles que os acompañen a una reunión con otro profesional: maestros, pediatras, psicólogos… para que acaben de entenderlo. En los casos más complicados, se va a tener que poner un límite a los abuelos, prescindir en ocasiones de su ayuda, y buscar otra alternativa.

Afortunadamente, los casos de abuelos con estas actitudes, que llegan a afectar a la armonía familiar, son los menos frecuentes. Suele entenderse que los padres están para educar y los abuelos para malcriar, pero con cabeza. Si los padres explican que el/la menor no puede ver la televisión hasta que no haya hecho los deberes o que no puede comer postre antes del plato principal, es por su bien, son normas que les ayudan, y los abuelos deben mantener esas normas, para educar a sus nietos desde el amor.

Poner límites no nos hace peores abuelos, padres o personas, ni hace que nuestros hijos nos vayan a querer menos. Poner límites es algo necesario para el correcto desarrollo de los pequeños, y con el tiempo se ve la importancia de los mismos.

Las familias que vivís esta situación os soléis sentir atrapados y es difícil buscar formas de cambiar la situación. Una terapia puede ser de ayuda. 

Foto de Yaroslav Shuraev a través de Pexels.  

psicologo alcazar